El rastrojo se le conoce al cúmulo de hojas, ramas y otros residuos localizados en el terreno luego de las labores cosecha.
En mucho de los casos, las personas lo confunden con restos de escasa importancia, sin embargo, son esenciales para proteger el suelo de los impactos de la erosión y las frecuentes lluvias.
Conservar el rastrojo de manera dispersa sobre la superficie donde se ha cosechado, es es una recomendación de expertos que están interesados en la preservación de los suelos. Los rastrojos son necesarios para dar resguardo a la tierra destinada a la siembra.
Los rastrojos previamente deben ser picados en pedazos pequeños, esto se puede realizar con una picadora desmenuzadora, ya que, de esta forma, cuando se incorporan al suelo, la descomposición de ellos es más eficiente en términos de producción de humus. El humus es la fracción estable de la materia orgánica que permanece en el suelo, luego que gran parte de esta se ha descompuesto, por lo cual pasa a constituir una reserva importante del suelo.
La sugerencia de los especialistas es no incinerar ni deshacerse del rastrojo. ¿Cuándo incorporar los rastrojos? Antes de la siguiente plantación, esto se realiza con la finalidad de conservar e incrementar las condiciones biológicas del terreno, y su material orgánico. De esta manera se impiden el deterioro de los nutrientes, se mejora la tierra y se conserva la humedad.
Tipos de Rastrojo
Entre los tipos de residuos a usar se encuentran lo siguiente:
Rastrojo madurados, resecos y fibrosos. Destacan los desechos de maíz o sorgo, los cuales poseen un bajo compendio de nitrógeno. Se desintegran y liberan sustancias gradualmente que dan vida a la tierra.
Residuos nutritivos y sanos. Dentro de estos están las leguminosas, como frijoles, con una alta presencia de nitrógeno. Se descomponen y sueltan los nutrientes rápidamente.
Entre los beneficios que tiene el empleo de rastrojos están en el aumento del contenido del material orgánico del terreno y la consecución de una producción más sostenible, siempre y cuando esté acompañado del uso de fertilizantes.
Disponer oportunamente de un buen volumen de rastrojos, garantiza un uso más eficaz del agua. Recurso que resulta habitualmente restrictivo en regiones con tierras secas. Una mayor recopilación y reducida evaporación contribuyen a que haya más agua en el suelo, para mejorar las siguientes plantaciones.
Igualmente, con el rastrojo se mejora la infiltración y, por ende, la acumulación de agua en las superficies. También disminuye la evaporación directa, provocada por la temperatura o luminosidad, haciendo que la humedad sea mayor. Sucede en los primeros centímetros del suelo, favoreciendo la actividad microbiana y afectando el crecimiento de las malezas.
